Las dos figuras, construidas a partir de formas geométricas que se entrelazan, representan la esencia de un diálogo: dos partes que se unen para crear un todo. Mérida deconstruye los cuerpos en planos y líneas, no para hacerlos irreconocibles, sino para revelar su estructura interna y su equilibrio. Su disposición casi simétrica y la forma en que sus siluetas se complementan, nos hablan de un intercambio balanceado, de un entendimiento mutuo.
Estilísticamente, esta obra es una fusión perfecta de lo antiguo y lo moderno. Mientras que la abstracción y la pureza de la línea beben de las vanguardias europeas, las figuras mismas, con sus sombreros ceremoniales y sus posturas solemnes, tienen la presencia icónica de personajes sacados de un códice o una estela maya. Mérida no copia el pasado, sino que extrae su esencia formal para crear algo completamente nuevo.
La técnica de la serigrafía es clave para el impacto de la obra. El fondo rojo vibrante, un color lleno de energía, enmarca la escena, mientras que la impresión en planos de color definidos permite que la composición geométrica brille con total claridad. El resultado es una pieza visualmente poderosa, donde el color y la forma son los verdaderos protagonistas.
"Diálogo" es una invitación a apreciar la belleza en la estructura. Es la prueba de la convicción de Mérida de que las experiencias más profundas se pueden comunicar no a través de anécdotas, sino a través del lenguaje universal del ritmo, el balance y la forma pura.
Carlos Mérida, Diálogo, 1973
Serigrafía sobre Papel 1/50
48 cm x 36.5 cm
Cuenta con certificado de autenticidad de la Galería de Arte Mexicano




