top of page

El Cubismo a Juicio: Tres Obras Clave y Dos Críticos Rivales

  • Foto del escritor: ACCO
    ACCO
  • 28 jun
  • 3 Min. de lectura

Enfrentarse por primera vez a una obra cubista puede ser una experiencia desconcertante. El mundo familiar —un rostro, un violín, un paisaje— se nos presenta fracturado en una red de planos geométricos y ángulos imposibles. Es una visión que desafía nuestra lógica y que, para muchos, se siente lejana, hermética. Esta reacción, sin embargo, a menudo pasa por alto una de las revoluciones intelectuales más deliberadas y trascendentales de la historia del arte.


Para entender el Cubismo, no hay que empezar por su aparente caos, sino por el orden que vino a romper y por la figura que encendió la mecha: Paul Cézanne.


El Camino al Cubismo: De la 'Ventana' Renacentista a la Revolución de Cézanne


Durante 500 años, desde el Renacimiento, el objetivo de la pintura occidental era ser una "ventana al mundo". Usando la perspectiva matemática, los artistas creaban una ilusión perfecta de profundidad y realidad. La meta era la imitación fiel.


Pero a finales del siglo XIX, el artista francés Paul Cézanne comenzó a cuestionar esta tradición. Él no quería pintar una simple imitación, sino transmitir la solidez y la estructura de lo que veía. En sus obras, empezó a hacer algo revolucionario: geometrizó la naturaleza, buscando "tratarla mediante el cilindro, la esfera, el cono", y mostró los objetos desde múltiples puntos de vista a la vez. Esto comenzó a aplanar el lienzo, rompiendo con la ilusión de una ventana perfecta.


Cézanne abrió una puerta que ya no se podía cerrar. No es de extrañar que Pablo Picasso se refiriera a él como "el padre de todos nosotros". Picasso y Georges Braque tomaron su revolución y la llevaron a su conclusión lógica y radical.


Tres Obras Clave para Entender el Cubismo


Con este contexto en mente, las obras cubistas adquieren un nuevo significado.

  1. La Ruptura: "Les Demoiselles d'Avignon" (1907) de Pablo Picasso Este cuadro es el grito de guerra. Picasso rompió radicalmente con las convenciones de belleza y perspectiva occidentales. Las figuras están fragmentadas en formas angulares, casi agresivas, y el espacio se comprime, volviéndose tan sólido como las propias figuras.


Les Demoiselles d'Avignon Pablo Picasso (1907)
Les Demoiselles d'Avignon, Pablo Picasso 1907

  1. El Análisis: "Violín y Candelabro" (1910) de Georges Braque Este es el ejemplo perfecto del Cubismo Analítico. Braque deconstruye los objetos en una compleja red de planos geométricos. La paleta de colores es casi monocromática porque lo importante no es el color, sino el análisis de la forma y el espacio.

  2. La Síntesis: "Tres Músicos" (1921) de Pablo Picasso En la fase final del movimiento, el Cubismo Sintético, los artistas ya no deconstruyen, sino que construyen una nueva realidad a partir de formas planas y coloridas, como si fueran recortes de papel.


La Mirada de los Críticos: La Batalla por el Significado


Con estas obras como telón de fondo, el debate entre los críticos cobra vida. Lejos de ser una discusión académica, sus interpretaciones definieron el valor y la dirección del arte por décadas.


Clement Greenberg y la Santidad del Lienzo Para Clement Greenberg, el crítico más poderoso de su era, el Cubismo fue un momento cumbre del arte. Como padre del Formalismo, creía que la misión de la pintura era purificarse, enfocándose solo en lo que le es único: su bidimensionalidad. Cuando Greenberg analizaba "Violín y Candelabro", no veía un violín roto, veía un triunfo: Braque había sacrificado la apariencia del objeto para honrar la verdad del lienzo. Al fragmentar la forma y aplanar la profundidad, el Cubismo obligaba al espectador a reconocer la superficie, celebrando la "integridad del plano pictórico". Para él, era la forma más honesta y avanzada de pintura.


Harold Rosenberg y el Lienzo como Arena Harold Rosenberg, el gran rival intelectual de Greenberg, ofrecía una visión completamente distinta. Para él, lo crucial no era la forma final, sino el proceso del artista. Acuñó el término "Action Painting" para describir el arte como un evento, donde el lienzo es una "arena en la que actuar". Desde su perspectiva, "Les Demoiselles" no sería solo una composición de formas, sino el registro del violento acto de Picasso de destruir la tradición. Vería el Cubismo Analítico no como un ejercicio formal, sino como la crónica de la lucha intelectual del artista por desmantelar y comprender la realidad. Para Rosenberg, la obra de arte era la huella de una batalla existencial.


Dos Lentes para Ver el Mismo Arte


Greenberg nos dio un lente para apreciar la estructura, la forma y la composición. Rosenberg, para valorar el proceso, el gesto y la intención. Al mirar "Tres Músicos", podemos admirar la brillante composición formal (Greenberg) o imaginar el acto lúdico de Picasso de crear una nueva realidad (Rosenberg).


Entender a los críticos no nos da la respuesta "correcta", sino que nos proporciona herramientas más sofisticadas para formular nuestras propias preguntas, que es de lo que se trata el viaje cultural en ACCO.


¿Con qué perspectiva conectas más al ver estas obras? ¿La forma o la acción? Nos encantaría saber tu opinión en nuestras redes.


Comments


bottom of page